Vuelvo el rostro hacia la puerta, en el respiro de verlas subir y se dibujan cómo en transito, pequeños ellos que me observan, van paseando entre las capas de pintura a punto de caer, los miro fijo intentando comprender, buscando... cierro los ojos , por si acaso, quizás su mensaje va directo a la parte trasera de mi mente, y debo insistir en encontrarlo de esa forma, nunca me enseñaron a comunicarme con ellos.
Nuestra caja cerraba sus quiebres todas las mañanas en forma de cruz, sin poderse abrir desde el interior, la salida era hacia adentro, y entre tantas mañanas aprendimos a no sentir otro momento.
Viendo la luz alguna vez, aprendí a guardarla, recordarla, anhelarla con fe ciega y rutinaria, creí en lenguas extrañas que nunca supe hablar, vi colores que aun no he encontrado, y presencie la muerte de eternos conocidos en mi interior.
Y un día recibí el llamado que no supe ni entender, palabras tan extrañas, y ahora ya no me hablan.
Sólo un eco insistente va y vuelve al centro de mi mente...
Anywhere but here...
Como me encanta cuando no te entiendo...
ResponderEliminarTan inspirador y poético como siempre.
ResponderEliminarAbrazo grandote y apretado!
Pero no tanto que no puedo respirarrr! jejeje.
ResponderEliminarGracias a ambosss