Planeando bajo, los pies golpean la superficie... alisan la piel trazando rojos superficiales... gotean, dejando rastro, marcando una seña, un recordatorio, no volver jamás la mirada, y mucho menos bajar. Lo superficial puede en un suspiro tornarse profundo e irreversible...
Entonces... ¿Por qué no volar? y así perder los miedos y no sangrar.
Puntos cardinales ahogados en suspiros, en pensamientos inútiles , redundantes... retroactivos y una mecha encendida sin encontrar un final...
Que el rastro de sangre sea por volar muy alto y caer en picada
ResponderEliminarjamás por vuelos rastreros que nunca lleven a nada...
Vuele alto, vuele, niña!
Que al final de esta vida nos bajan con una pedrada! ;)