viernes, 18 de marzo de 2011

Asunción.

Ffff…apaga  la vela y sin mas…un silencio impenetrable toma sin permisos la habitación, sonríe entonces de satisfacción.
Sus ideas lentamente encuentran la almohada, serenas, seguras…como certezas, es que así se sentía: plena.
Sus ojos grandes, profundos trazaban mapas de ida y vuelta en la silueta tenue que de el veía, sus manos, lo recorrían con la curiosidad de una primera vez, su boca no resistía y de a ratos, buscaba guardar, ciertos sabores que solo en el conocía.
El tiempo a oscuras se consumía, y ya dormir no estaba en sus planes, creía percibir una especie de magnetismo que salía del cuerpo dormido que a su costado reposaba, quería sacarlo de esa inmóvil tarea,cuando sus manos resignadas no encontraron posición,con su cuerpo decidido, comenzó a buscarlo sin mayor expectativa que un abrazo a tientas y con suerte: un ronquido...pero nada de eso la inquietaba , el solo hecho de tenerlo a su lado la completaba.
Pronto entre sus movimientos de búsqueda, recibe una sensación extraña a todas las demás, externa, para nada benigna, nota sin mas, que se encuentra sola, mira a su alrededor y no hay mas que sabanas desocupadas, el mismo silencio que antes la había hecho sonreír, de golpe la lleva a una seriedad oscura…  y la certeza de su soledad la despierta entonces completamente.
Nunca estuvieron más que ellas dos. 








Vos lo dijiste Mario...y yo te creo: La culpa es de uno.

2 comentarios:

  1. Tengo tan solo 2 minutos para decir.
    No se si lograre decir lo que quiero, seguramente no, raras son las veces en que lo logro.
    Asi como tampoco se porque desperdicio mi tiempo en absurdos preambulos.
    No sere original con el comentario, pero si veraz, que riqueza que tiene lo que escribis.
    Me gustaria seguir con el comentario, pero la hora ha llegado. Debo partir. Salud, estimada Su!

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