Hoy el derrotero en mis manos luce tenue, no descubro aquellos bordes antes tan claros, reales, vivos...
Frente a vos las certezas se abochornan, se deslizan cual el viento entre mi pelo, y entonces veo:
Muchas veces quien me juzga en el espejo no es tan lucida y clara como piensa... Sino pedile en esta noche que me explique ¿Dónde vamos?, no me aferro a esos trazos en mi agenda, los consejos en mi libro no responden.
Hoy son sus ojos muchas respuestas, y me sonríen...
Tan adultos como el niño que sepamos llevar dentro, muy vivo... perder la inocencia de nuevo no quiero.
Perder el brillo en sus ojos no planeo.
Elefante en una Boa, No un sombrero.